Panamá informó este jueves que 16.632 migrantes irregulares llegaron al país tras cruzar el Darién, la selvática y peligrosa frontera con Colombia, muy por debajo de la cifra mensual histórica de 59.773 de octubre pasado registrada en medio de una crisis humanitaria impulsada por la migración venezolana.
"El mes de noviembre concluyó con 16.632 personas que en condición de migrantes irregulares llegaron a Panamá; de esta cantidad, 13.009 son adultos y 3.623 son menores de edad", indicó un comunicado del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá.
De acuerdo con las cifras oficiales panameñas, en septiembre llegaron al país tras cruzar la selva 48.204 personas, en agosto 31.104, en julio 22.822, en junio 15.633 y en mayo 13.894. Los meses anteriores la cifra no superó los 6.200.
La caída en noviembre del flujo migratorio ocurrió después de que el pasado 12 de octubre el Gobierno de Estados Unidos anunció una nueva política migratoria según la cual todo venezolano que entre a ese país habiendo cruzado de manera irregular la frontera de México y de Panamá, será expulsado a territorio mexicano.
Además, los expulsados serán excluidos del programa mediante el cual Estados Unidos dará estatus legal por dos años a 24.000 venezolanos que lleguen en avión y con patrocinadores.
La oficina de Migración panameña precisó que entre enero y noviembre pasado "el flujo de migrantes irregulares que han pasado por el territorio panameño es de 227.987 personas, de las cuales, 148.964 son de nacionalidad venezolana".
Panamá ha instalado estaciones de recepción migratoria (ERM) en su fronteras con Colombia (sur) y Costa Rica (norte), adonde lleva a los viajeros irregulares para tomar sus datos biométricos y ofrecerles servicios sanitarios y de alimentación, un operativo que ha consumido más de 50 millones de dólares desde 2020 según los datos oficiales.
Unicef alertó el pasado 19 de noviembre que entre enero y octubre pasado 32.488 menores, una nueva cifra histórica, cruzaron el Darién, un 10 % más que el año pasado, y que la mitad de ellos tenían menos de 5 años de edad.
La peligrosa selva del Darién ha sido durante décadas una utilizada por personas procedentes de todo el mundo que viajan de forma irregular hacia Estados Unidos, pese a los graves peligros que entraña por su entorno salvaje y por la presencia de grupos del crimen organizado.